Arte contemporáneo + océano Caribe + esculturas bajo el agua = uno de los museos más surrealistas (y fotogénicos) del planeta.
Cuando piensas en un museo, probablemente imagines salas con aire acondicionado, paredes blancas, carteles que dicen “no tocar” y alguna señora vigilante que te sigue con la mirada si te acercas demasiado a un cuadro. Pero olvídate de todo eso. El Museo Subacuático de Arte (MUSA), en Cancún, es otra cosa. Literalmente, está bajo el agua.
Sí, arte contemporáneo a varios metros de profundidad, solo accesible si haces snorkel, buceo o te montas en un barco con fondo de cristal. Es un museo que no solo te sumerge en el arte… sino en el océano.
¿Qué es el MUSA y por qué está debajo del mar?
El MUSA nació en 2009 como una idea tan loca como brillante: crear un museo submarino que sirviera tanto de atracción artística como de barrera para proteger los arrecifes de coral que estaban siendo sobreexplotados por el turismo en Cancún e Isla Mujeres.
La idea fue impulsada por el artista británico Jason deCaires Taylor, pionero del arte subacuático, en colaboración con el director del Parque Marino de Cancún. El concepto: instalar esculturas ecológicas en el fondo marino para que, con el tiempo, sirvieran de hogar a corales y peces. Una especie de jardín de arte viviente.
Hoy el MUSA tiene más de 500 esculturas sumergidas en distintas galerías submarinas, y se ha convertido en uno de los proyectos más fascinantes donde se cruzan arte, ecología y turismo sostenible.
¿Qué obras puedes ver (si aguantas la respiración)?
Entre las obras más impactantes del MUSA están:
- «The Silent Evolution»: Más de 400 figuras humanas en tamaño real, hechas de concreto especial, alineadas como una especie de civilización subacuática perdida. Según Jason deCaires Taylor, representan una reflexión sobre la relación entre humanidad y medio ambiente.
- «Anthropocene»: Un escarabajo Volkswagen hundido (sí, un coche real) que actúa como refugio para la vida marina.
- «The Banker» o «El banquero»: Figuras con trajes y cabezas metidas en la arena, como si ignoraran el mundo que les rodea. Crítica visual al sistema financiero, en pleno Caribe. Así se las gasta este museo.
Además, cada escultura está hecha con materiales que fomentan el crecimiento coralino. Es arte que literalmente da vida. Como Banksy con escamas.

La importancia de este museo
Porque no es solo una atracción turística. El MUSA plantea preguntas muy serias:
- ¿Puede el arte salvar ecosistemas?
- ¿Dónde está el límite entre obra y entorno?
- ¿Es esto una nueva forma de museo o una performance ecológica a gran escala?
Y lo cierto es que sí ha funcionado: según datos del propio MUSA, sus estructuras han desviado a miles de visitantes de los arrecifes naturales, aliviando la presión sobre el ecosistema. Además, ya hay corales creciendo sobre las esculturas, y especies de peces que las habitan como si fueran cuevas futuristas.
¿Cómo se visita?
Tienes varias opciones para sumergirte (literalmente) en el MUSA:
- Snorkel: Para los que prefieren flotar y mirar desde arriba.
- Buceo: Para los que quieren verlo todo de cerca.
- Barco con fondo de cristal: Para los que prefieren no mojarse, pero igual flipar.
La mayoría de tours salen desde Cancún, Isla Mujeres o Punta Nizuc.
Arte que respira bajo el agua
El MUSA no es solo una rareza artística. Es una prueba de que el arte puede ser útil, ecológico, político y bellísimo a la vez. Es el tipo de proyecto que te deja pensando: ¿y si todos los museos fueran así de vivos?
Como dijo el propio Jason deCaires Taylor:
“Mis esculturas están hechas para desaparecer. Para ser devoradas por la naturaleza. El arte no debería estar estático, debe evolucionar.”
Y bajo el mar, eso es exactamente lo que ocurre.