
¿150 millones? ¿300? No, más de 450. Por una pintura. ¿Genialidad, marketing o locura de millonarios?
El mundo del arte tiene esas cosas: lo que para unos es un garabato en una servilleta, para otros es una inversión millonaria. Y aunque hay subastas que rozan lo ridículo, hay una que rompió todos los esquemas: la venta de “Salvator Mundi”, atribuida a Leonardo da Vinci, por 450,3 millones de dólares en 2017.
Sí, leíste bien: cuatrocientos cincuenta millones. Y un pico.
Pero… ¿por qué alguien pagaría eso por un cuadro que ni siquiera está 100% confirmado que sea de Leonardo?
¿Qué es Salvator Mundi?
Un Cristo con gesto sereno, vestido como si saliera de un shooting de Dolce & Gabbana, sosteniendo una esfera de cristal con una mano y bendiciendo con la otra. Así es Salvator Mundi, o “Salvador del Mundo”, una pintura del siglo XVI que representa a Jesús como redentor.
Durante siglos, el cuadro fue atribuido a otros discípulos de Da Vinci. Incluso llegó a estar prácticamente olvidado en una colección privada y en bastante mal estado. No fue hasta 2005 que reapareció y comenzó un proceso de restauración y reatribución que lo devolvió al primer plano.

El renacimiento de un Da Vinci (literal)
Una restauradora neoyorquina, Dianne Modestini, fue clave en la recuperación del cuadro. Según ella, mientras eliminaba repintes y barnices, empezó a notar elementos típicos de Leonardo: la forma de tratar la luz, la suavidad de las transiciones, el sfumato…
A partir de ahí, se armó el circo. Varios expertos lo validaron como original. Otros dijeron que ni de broma.
Pero ya era tarde: el mercado del arte se había encendido. Y cuando eso pasa, no hay vuelta atrás.
La subasta del siglo (o del milenio)
La casa Christie’s lo anunció como el último Da Vinci en manos privadas. El hype fue real.
Y el 15 de noviembre de 2017, se vendió en Nueva York por 450,3 millones de dólares. El comprador, más tarde se supo, fue el príncipe saudí Mohammed bin Salman (sí, el del petróleo, los yates y la geopolítica). El destino del cuadro: supuestamente el museo Louvre de Abu Dhabi, aunque desde entonces no ha vuelto a verse en público.
Y eso también ha alimentado la leyenda.

¿Por qué vale tanto?
Depende a quién le preguntes:
- Arte e historia: Si realmente es un Da Vinci, es una de las pocas obras suyas que no está en un museo. Leonardo pintó menos de 20 cuadros conocidos. Tener uno es casi como tener un santo grial.
- Rareza + mito + marketing: El arte caro no se vende por lo que es, sino por lo que representa. Salvator Mundi es un símbolo. Una pieza para ricos que quieren inmortalidad.
- Inversión: Para algunos millonarios, el arte es el nuevo oro. Y este cuadro es como el lingote más gordo.
Pero no todos están de acuerdo. El historiador del arte Frank Zöllner (autor de uno de los catálogos razonados de Da Vinci) ha dicho:
“Llamarlo de Leonardo es una exageración. Puede que solo haya pintado una mano.”
Vamos, que igual pagaron medio billón por media mano de Da Vinci y el resto de algún aprendiz aplicado.